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El autismo ha cambiado la forma en la cual percibo al mundo y mis creencias acerca del dinero se vieron cuestionadas. Ante la vulnerabilidad del diagnóstico nuestra capacidad de tomar decisiones también fue afectada. Las decisiones financieras no son excluyentes de nuestras emociones fluctuantes. Un estado de crisis emocional debido al diagnóstico y a sus derivados nos puede conducir a dos situaciones, es decir, endeudarnos desenfrenadamente por querer curar a nuestro hijo autista o privar nuestra creatividad para generar ingresos y hacer más por nuestra familia debido a nuestra depresión o profunda tristeza. Créeme he estado atascada en ambas situaciones, por esta razón he denominado esta sesión finanzas personales para mamas en el espectro. Aquí describiré mi camino y mis experiencias con el único propósito de inspirarte a que tomes el control en tus finanzas. No soy una asesora financiera, soy una mama que ha entendido la importancia de gestionar su dinero.

Soy afortunada de tener las amigas que tengo. También me siento bendecida por las mujeres que existen en mi familia. Ellas, todas, son mujeres increíbles. Nos apoyamos, nos acompañamos, nos escuchamos y nos alentamos, pero en nuestras conversaciones nunca está presente el tema financiero. Se lo dejamos a terceros, a Dios, al universo, a la buena suerte. Me imagino que esta situación también resuena en ti como empezó a resonar en mí. Cuando observo a mi alrededor, solo veo a mi esposo, quien está luchando financieramente solo. El lleva el mayor peso económico familiar. No quiero decir, que no lo quería apoyar, pero estaba emocionalmente cargada siendo 24 horas al día mamá de Alan. Sus primeros años fueron muy demandante debido a todos los problemas de salud que presentó.

Entre la crisis del diagnóstico y la prisa en sanar a nuestro hijo, compramos la ilusión de tener a nuestro pequeño de vuelta rápidamente. ¿Cómo paso todo esto? Pagamos tratamientos costosos, es decir, médicos especializados con poco alcance, terapias alternativas de alta tecnología con resultados temporales y no a largo plazo, y, finalmente, nutricionistas especializados con abordaje generalizado y no personalizado. No te imaginas, la frustración en corto tiempo y el endeudamiento. Nuestras emociones bloquearon los pensamientos racionales, no actuamos con mucha responsabilidad financieramente, y eso nos dejó en una crisis financiera, la cual aun nos impacta. Los consejos que desde el amor recibíamos por parte de familiares y amigos se deben a las creencias aprendidas en sus generaciones, por ejemplo: “no te preocupes, Dios proveerá”, “ten fe, saldrás de esta”, “por qué no abres un GoFundMe, una plataforma para recolectar dinero a través de donaciones”, “¿podrías pedir dinero prestado? ¿has pensado en pedir un aumentar de tu crédito? No los juzgo, hemos escuchado y aprendido estas creencias a lo largo de nuestra vida como solución rápida para acceder al dinero que urgen en un momento determinado.

También he observado que cuando pasamos por situaciones de problemas de salud en la familia, nos abocamos a buscar el dinero de alguna manera para conseguir el tratamiento requerido sin importar su costo. Movemos cielo y tierra hasta lograrlo. No obstante, cuando se trata de la salud financiera personal y familiar no nos movemos con el mismo entusiasmo y compromiso. Seguimos haciendo lo mismo y obteniendo los mismos resultados financieros. Nos estancamos y no avanzamos. Robert Kiyosaki, un autor a quien admiro y he empezado a seguir de una manera más estructurada, denomina a nuestro estancamiento y frustración financiera como la carrera de ratas. Esta carrera, metafóricamente hablando, describe que la mayoría de las personas estamos atrapadas en la misma actividad laboral por muchos años, sacrificando nuestro tiempo y libertad por dinero, y sobreviviendo el día a día. Me atrevo a decir que la mayoría de las personas en el mundo estamos dentro de la carrera de ratas, y cuando nos vemos golpeados por situaciones difíciles como un diagnóstico inesperado nuestro mundo se pone de cabeza.

Si nos damos cuenta, todos, especialmente, las mujeres no tenemos un entrenamiento para gestionar nuestras finanzas. Fuimos a la universidad y jamás aprendimos de finanzas personales. Trabajamos para empresas con las habilidades técnicas aprendidas, pero no lo trasladamos a nuestra vida familiar. Somos ignorantes en el manejo de nuestro dinero y en la toma de decisiones de cómo invertirlo y hacerlo productivo para nosotros. Por otra parte, nuestra mente está enfocada en lo que ha aprendido a través de sus generaciones y experiencias, personales y profesionales, y no nos ayuda a ver otras opciones. Entonces, si todo esto mueve tus pensamientos actuales como lo ha hecho conmigo, es debido a que quieres un cambio en tu situación financiera. Quieres mejores opciones para tu familia, en especial para tu hijo con TEA. Cuando hablo de estos temas con mi esposo, no resulta fácil debido a las creencias que hemos comprado a lo largo de los años, es decir, no soy suficientemente bueno, no estoy seguro de poder hacerlo, no estoy listo aun para dar el paso, no tengo dinero, como pago las cuentas, tengo que trabajar, no tengo tiempo para estudiar nuevamente, tengo que atender las tareas de la casa, estoy cansada, estoy deprimido, no tengo apoyo. Te invito a revisar estar creencias, puedes estar repitiéndolas a diario y afectando tu imaginación para explorar nuevas opciones. No te culpo, estamos muy estresados y enfocados en el diagnostico.

Sin embargo, muy dentro de nosotras queremos un cambio en lo personal, profesional y familiar. Nuestra niña interior lo aclama, pero la callamos inconscientemente. Anulamos cualquier idea que nos motive a emprender por miedo. Necesitamos nuevas y mejores creencias a la que apostar con nuestro pensamiento, que nos recuerden que si es posible. También requerimos de personas vitaminas en nuestra vida, ellas pueden devolvernos la inspiración para avivar la creatividad. ¿Dónde podemos encontrar a esas personas vitaminas? En los libros, en los cursos, en los talleres, en los blogs. No estamos solas. Existen muchas personas que vibran con nosotros y pueden motivarnos a dar el paso. Haz tu lista de temas favoritos para prepararte y conviértelos en tu coach en las áreas que mas necesites educarte, especialmente, en finanzas. No te voy a mentir, necesitamos una mente fuerte y robusta para dar el primer paso y mantenerse en el camino. Los pensamientos saboteadores pueden aparecer y desviarnos. Las nuevas ideas demandan nuevas corrientes de pensamientos, y eso solo se logra con la auto educación, no conozco otra vía. Educarse correctamente y continuamente es la clave para lograr los objetivos. Requiere tiempo, dedicación y disciplina en los primeros meses, pero luego recogerás los frutos de tus esfuerzos y serás testigo de tu propia transformación. Estarás más consciente de tus decisiones y apreciarás más tu tiempo. Aprenderás a cuidar de ti misma para cuidar a los demás. También serás la inspiración de tu familia y contribuirás a la transformación de todos los miembros. Créeme, todo comienza con la autoeducación.

Cada familia merece mejores oportunidades. Cada miembro demanda tiempo de calidad, espacio y acompañamiento. Los padres debemos aprender a sanar nuestras heridas, crecer con nuestra familia, educarnos para encontrar nuevas opciones, recrearnos para recordarnos que la vida es un regalo, forjar nuevas formas de ingresos para progresar y prever un mejor futuro. Adicionalmente, en nuestro rol de padres, debemos inspirar y guiar a nuestros hijos hacia su propia independencia y su desarrollo personal y profesional. Si bien es cierto, el dinero no es el responsable directo de la felicidad, pero nos brinda mejores oportunidades. Te da la tranquilidad de elegir correctamente. Te devuelve la calidad de tiempo con tu familia, y en especial, con tu pareja. Te permite apoyar a otros en su crecimiento. El progreso es una energía vibrante que trasciende a transformar a quienes nos rodea. La clave está en ser responsable de nuestras decisiones y sus consecuencias. En educarnos continuamente. En dominar nuestro ego y avivar nuestra creatividad. El dinero no es malo, todo va a depender de las creencias que tenemos con respecto a él. El dinero te da opciones.

En resumen, revisa las creencias a las cuales te encuentras atadas y le debes cierta lealtad. Si no las puedes identificar, pide ayuda a las personas que te rodean, ellas te escuchan a diario y podrían reconocerlas por ti. No te sientas mal cuando empieces a ser consciente de todas las creencias a las que le has sido leal por muchos años. Mas bien anímate, el primer paso es reconocerlo y, el segundo paso, es tomar la decisión de cambiarlas por nuevas creencias que reenfoquen tu mente. No será de la noche a la mañana, pero valdrá la pena sustituirlas. Puedes pedir apoyo en este proceso, una amiga o amigo, en quien te sientas a gusto y comprenda el proceso sin juzgarte. Luego, de identificar las creencias, escríbelas en una hoja y deja espacio en blanco para reescribir esa afirmación negativa en una positiva o sustituirla por completo de ser necesario. Cuando tengas lista tu hoja, tomas tus nuevas creencias y escríbelas en tu blog de notas para leerlas siempre o tipealas en el computador e imprímelas y, las colocas en un espacio que te permita afirmarlas todos los días. Si tienes varias creencias nuevas, inicia con la que más necesites escuchar, medítala todos los días, y luego, vas incluyendo aquellas que te sostendrán en este camino. Acá te comparto una afirmación con la que estoy trabajando actualmente, esta afirmación sustituyo mi creencia de carencia de dinero y dice: “El dinero fluye con facilidad y libremente hacia mí. Seré una persona rica, abundante y libre financieramente.” Si te funciona tómala y practícala todos los días. Nuestra mente acepta cualquier afirmación y luego sostiene esas ideas conduciéndonos en esa misma dirección, es por ello que, debemos cuidar lo que nos decimos y repetimos a nosotras mismas, tenlo presente.